Cuenta una pequeña leyenda que al gran filósofo y matemático griego Tales de Mileto, se le acercó un día un sofista quien tratando de confundirlo le hizo nueve preguntas a manera de probar su sabiduría:
¿Qué es lo más antiguo?
—Dios, porque siempre ha existido.
¿Qué es lo más bello?
—El universo, porque es obra de Dios.
¿Cuál es la mayor de todas las cosas?
—El espacio, porque contiene todo lo creado-
¿Qué es lo más constante?
— La esperanza, porque permanece en el hombre después que lo ha perdido todo.
¿Cuál es la mejor de todas las cosas?
—La virtud, porque sin ello no existiría nada bueno.
¿Cuál es la más rápida de todas las cosas?
—El pensamiento, porque en menos de un minuto nos permite volar hasta los confines del universo.
¿Cuál es la más fuerte de todas las cosas?
—La necesidad, porque es con lo que el hombre enfrenta a todos los peligros en la vida.
¿Cuál es la más fácil de todas las cosas?
—Dar consejos.
Luego vino la última pregunta que dejó atónito al sofista quien no logró entender la respuesta de tales:
¿Y cuál es la más difícil de todas las cosas?
—El sabio respondió: «conocerse a sí mismo».
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